Imagínate un pueblo en lo más profundo de Kazajistán, a unos 500 kilómetros de la capital del país, Astaná, donde sus habitantes sufren una peculiar enfermedad: se quedan dormidos de repente. No se trata de una cabezadita transitoria, sino de sueños que duran entre dos y seis días y de los que despiertan sin recordar nada, confundidos y desorientados.
EL AUTOR: ANTONIO CENIZA
©CENIZA777
Científicos de distintos países visitan la zona y son incapaces de encontrar ninguna explicación, por lo que sólo queda una solución posible ante el peligro que supone caer en los brazos de Morfeo mientras se conduce o se realiza cualquier otra actividad: desalojar el pueblo y rezar para que la epidemia no se extienda.
No, no se trata del argumento de una película o novela de ciencia-ficción, aunque parezca surgido de las mentes de los hermanos Strugatskiy, autores de Picnic al borde del camino, la novela en la que Andrei Tarkosvky se basó para realizar Stalker. Se trata de algo que está ocurriendo en este mismo momento en este planeta: mientras lee este artículo, muchos de los más de 600 habitantes del pueblo estarán haciendo sus maletas para ser trasladados por el gobierno kazajo a una ubicación más segura donde vivan sin miedo a perder la consciencia.
Nos vamos a Kalachi, a una región pequeña y recóndita de Kazajistán. Lo que ocurre aquí ha llamado la atención de todo el mundo, parece el argumento de una novela de ciencia-ficción, no hay duda, pero sus habitantes, sin embargo, lo viven como una auténtica película de terror.
¿La razón? Imagina que estás inmerso en tus tareas cotidianas, en tus responsabilidades y, de pronto, sin saber muy bien cómo, caes dormido. Sin más. Y esta pérdida de conciencia puede durar horas o días. Inquietante.
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Sin embargo, eso no es todo. Al despertar suelen padecer los siguientes síntomas:
- Náuseas
- Mareos
- Hipertensión
- Fatiga
- Desorientación
- Pérdida de memoria
- Alucinaciones visuales
- Migrañas
«Mi cerebro se apagó, no recuerdo más»
«Mi cerebro se apago, no recuerdo más…» Esto es lo que suelen explicar las 152 personas que han sufrido este problema en Kalachi. Caen dormidos de pronto y sin razón alguna, despertándose al cabo de varias horas o días zarandeados por amigos o familiares preocupados a los que, por alguna razón, no les ocurre lo mismo. Al menos de momento.
Y no importa lo que estén haciendo, conducir un coche, comer, ordeñar una vaca como es el caso de Marina Felk, ducharse, estar acudiendo al colegio o al trabajo… El mundo, de pronto, cierra su interruptor y toda su existencia queda apagada, suspendida en una espesura onírica de la que no pueden despertar.
Imagínalo durante unos segundos... ¿Puede haber algo más terrible?
La primera oleada de desvanecimientos se produjo en marzo de 2013, cuando, como explica The Siberian Times, seis mujeres se quedaron dormidas mientras hacían diferentes labores. Aunque las autoridades consideraron que podía deberse al vodka de mala calidad, ninguna de ellas había ingerido alcohol. A esta oleada le seguiría otra en mayo de ese mismo año, y periódicamente se han producido desmayos hasta que, a día de hoy, alrededor del 15% de la población ha sido afectada con este síndrome. El 1 de marzo se han registrado los dos últimos casos, que elevan la cifra total hasta 152.
Testimonios en la Tercera Fase
Muchos han sido los medios de comunicación que se han desplazado hasta el remoto pueblo de Kalachi en los últimos dos años. El último ha sido The Guardian, que entre sus testimonios cuenta con el de Viktor Kazachenko, que se quedó dormido mientras conducía su motocicleta hasta un pueblo cercano. “Mi cerebro se apagó”, explica. “Se acabó. No me acuerdo de nada”. Esto ocurrió el 28 de agosto y el hombre no recobró la conciencia hasta el 2 de septiembre. Pero no le sorprendió, ya que había pasado por ello en otra ocasión, algo que también ha ocurrido con otros compatriotas.
Es el caso de Marina Felk, una campesina de 50 años, que fue interrogada por The Siberian Times. “Estaba ordeñando a las vacas, como siempre, y me quedé dormida”, explicó al medio. “No me acuerdo de nada, sólo que cuando me desperté, estaba en un hospital, y las enfermeras me sonreían”. Felk tiene una importante laguna sobre lo ocurrido durante los dos días y noches que pasó dormida, aunque las mujeres le dijeron que había intentado levantarse varias veces, preocupada porque tenía que ordeñar urgentemente sus vacas.
El problema no se encuentra únicamente en el hecho de quedarse dormidos. Kazachenko explica cómo, después de despertarse de su letargo, su presión sanguínea se disparó y se sentía incapaz de concentrarse. “Durante seis semanas, no supe qué hacer. Afecta a tu mente”. Otros síntomas son las náuseas, los mareos, la confusión, las pérdidas de memoria y los dolores de cabeza inaguantables. Dos niños que pasaron por el mismo trance admitieron haber sufrido alucinaciones. “Se pone a dar vueltas y se queda quieto, tambaleándose”, explica el padre de uno de los pequeños. “Cuando gira la cabeza sus ojos se quedan clavados en lo que estaba mirando”. Algunos habitantes del pueblo tienen miedo de haber enterrado vivo a uno de sus familiares, aparentemente muerto, antes de que la epidemia saliese a la luz.
Los médicos diagnosticaron a aquellos que habían sufrido los desmayos con encefalopatías acompañadas por edemas, es decir, acumulación de líquidos en el tejido intercelular. Qué pudo originarlo es mucho más difícil de averiguar pero, desde luego, no tiene nada que ver con la narcolepsia, caracterizada por la somnolencia diaria, pero que tan sólo afecta a sus pacientes por breves período de tiempo.
Un misterio aún sin resolver
Si impactantes resultan estas historias, más lo es aún que las autoridades no hayan sido capaces de descubrir qué ocurre. Tan sólo han descartado algunas posibilidades: no son los metales pesados ni el radón, por mucho que sus niveles sean más elevados que la media. Sin embargo, algunas casas de los afectados sí tienen niveles de monóxido de carbono diez veces superiores a lo normal, aunque esto no termina de explicar lo ocurrido. A finales del año pasado, se habían realizado 20.000 tests clínicos y de laboratorio sobre el agua, la alimentación, el aire y el suelo de la comarca, sin resultados concluyentes. Según señalaba Tengri News, el gobierno ha pedido ayuda a autoridades extranjeras, y es posible que los Centers for Disease Control and Prevention de EEUU ya hayan mandado a sus especialistas.
Uno de los miedos que suelen padecer estas personas es que piensen que han fallecido y que, en consecuencia, les entierren vivos. Un miedo aparentemente irracional pero comprensible a la vez, dado lo inusual del caso. Pero, ¿a qué se debe este extraño fenómeno? ¿Qué dicen los expertos? La verdad es que se han realizado más de 20.000 test e infinidad de pruebas, análisis médicos y científicos al agua, a la tierra, a los alimentos… En Kurali hay cerca de 500 habitantes y desde que se inició este problema el 28 de agosto del 2014, son 152 las personas que lo han sufrido.
No es narcolepsia, no hay escapes de monóxido de carbono, ni nadie ingiere «vodka de mala calidad», como solían decir algunos medios con algo de ironía. Ahora bien, existe una teoría que muchos vecinos de la zona defienden y tiene que ver con una antigua mina de uranio abandonada. Es la mina de Krasnogorsk, ahora sin uso, pero que en el pasado, en los años de esplendor de la antigua Unión Soviética, sirvió de alimento para numerosas centrales nucleares.
Hoy en día, esa mina abre sus túneles con lóbrego misterio, arrancando de sus profundidades vientos cargados de veneno, de radiación y extraños olores que la mayoría asocian ya con lo que está ocurriendo. De momento, nadie se atreve a dar una conclusión clara. Las autoridades han ordenado que los habitantes de Kalachi abandonen el pueblo para ser realojados en ciudades vecinas, mientras llegan a la región especialistas del «Centers for disease and control» de Estados Unidos, para averiguar el origen de ese problema.
Sin embargo, hay algún que otro habitante de Kalachi que se niega por completo a dejar su hogar. Ese enemigo invisible parece no vencer de momento el orgullo o el miedo de todos sus vecinos. Mientras, estaremos pendientes de lo que ocurra, especulando, sacando nuestras propias conclusiones.
Misterio 51 Programa T3x17 Apariciones Marianas, Medjugorje, Historia, Leyendas y el Castillo de Pedraza. EN MI SECCIÓN: LEYENDAS Y MISTERIOS DE ANTONIO CENIZA OS HABLO DE: KALACHI: EL PUEBLO DONDE SUS HABITANTES CAEN DORMIDOS SIN MOTIVO APARENTE, minuto:39´
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